Hogar
De nuevo había despertado con el dolor en el pecho y la frente sudorosa, podría estar nevando y con un clima de los infiernos helados, pero la morena cada vez que le aquejaba una de sus pesadillas se despertaba agitada y acalorada como si hubiese estado corriendo y saltando todo el día en las calles calurosas de California.
Sin embargo, había algo diferente esa mañana, algo que, a su mente por unos segundos tardo en relacionar, había un aroma a wafles y café, diferente a todo lo que había estado acostumbrada, y por un microsegundo se sintió confundida de no tener el habitual aroma a tabaco